El cierre de un collar – Joeli Valerio

Image courtesy of the Center for Puerto Rican Studies

Estas fotografías son parte de la colección de Justo A. Martí de las bodegas de los barrios Puertorriqueños en Nueva York. Estas bodegas eran una parte esencial económicamente para la comunidad Puertorriqueña. Adicionalmente ayudó dejar un legado de ellos en Nueva York. 

La primera cosa que capturó es el tamaño de la bodega que es pequeña. Aunque el color esté en blanco y negro creo que si la fotografía tuviera color serían colores muy vibrantes como el amarillo y el rojo.  Hago esta suposición debido a las bodegas anteriores a las que he ido. En el exterior de la bodega también puedo ver la entrada al sótano en la acera. Lo primero que capto es la entrada abierta, siento que es un ambiente cómodo. Veo a la izquierda y a la derecha de la entrada, ventanas de cristal con grandes palabras. Las grandes palabras son como una forma para identificar a los propietarios y permitir que los clientes hispanos tengan un sentido de familiaridad. Una de las palabras es “Borinquen”. Borinquen es un nombre indigeno Taino de Puerto Rico. Indica a todos los residentes del barrio antes de entrar, que este es un establecimiento puertorriqueño. Al examinar más la entrada de la bodega veo una variedad de volantes de refrescos, uno de ellos es de pepsi. Veo los volantes de refrescos como una manera de atraer a los clientes que necesitan satisfacer su sed.

Miro dentro de la bodega donde veo productos que los clientes normalmente compran. Veo la fruta tropical mostrada en las ventanas de cristal y  las frutas son plátanos. También veo un refrigerador en forma de curva. Por último, hay un mostrador de pago en la parte de atrás de la tienda. Las bodegas vienen en diferentes formas y nombres, pero todas tienen el propósito de unir a las crecientes poblaciones de puertorriqueños en Nueva York. Esta otra bodega muestra todos los atributos que dije anteriormente.

Image courtesy of the Center for Puerto Rican Studies

Lo primero que veo al mirar esta foto son las letras grandes en la parte superior de la tienda. Un lado está en inglés y el otro en español. Veo estas grandes palabras esenciales para los residentes de los barrios. Es un gran ejemplo de cultura hispana que se une con la cultura estadounidense. Adicionalmente, estas bodegas permiten a los residentes puertorriqueños de estos barrios mantener vivo su país de origen dondequiera que estén. Analizo esta imagen más y noto que la bodega está bajo un edificio de apartamentos y es una tienda de esquina. Es conveniente y siempre está ahí para los residentes, como una familia. Al igual que la fotografía anterior veo volantes de refrescos, y un sótano en la acera. La soda es una forma rápida de satisfacer la sed, lo que hace que sea tan conveniente tener una bodega en el barrio. Permite a los clientes tomar una parada sin prisa. Las ventanas de cada parte de la bodega son transparentes y permiten a todos ver la variedad de productos. Noto una pequeña bombilla justo debajo del nombre de la bodega. Supongo que se enciende cuando es de noche,  permitiendo la seguridad de los clientes.

Las dos bodegas tienen carteles de bebidas y palabras que atraen a los clientes. Mientras que también tiene una arquitectura muy diferente, todavía dejando un mensaje de la comunidad puertorriqueña.

En general, las bodegas son una parte esencial económica para la comunidad puertorriqueña. Es un ancla para la comunidad, el final del palo, el cierre de un collar. Une a la comunidad, con una sensación de seguridad y sentido del hogar para todo el barrio.